Vauxhall se enfrenta a una pregunta existencial: ¿qué representa la marca en un mercado automovilístico cada vez más concurrido? El reciente lanzamiento del Mokka GSE, una versión de alto rendimiento de un automóvil que no suele asociarse con los entusiastas de la conducción, pone de relieve el problema. Si bien el automóvil en sí se maneja bien y ofrece una experiencia sorprendentemente atractiva (especialmente en una pista de carreras, como señala un escritor), la marca carece de una identidad clara que resuene entre los compradores más allá de los jubilados que buscan una mejora en el nivel de equipamiento.
El problema de los puntos y la falta de apelación
Los incentivos actuales, como 50.000 puntos Tesco Clubcard, parecen… decepcionantes. A diferencia del pasado, donde Citroën atraía a conductores jóvenes con seguros gratuitos y una imagen atractiva, la oferta de Vauxhall carece del mismo atractivo magnético. La marca debe representar algo más allá de la asequibilidad.
El panorama automovilístico ha cambiado. Los automóviles chinos tienen precios más bajos, pero a menudo sacrifican el placer de conducir. Ford, que alguna vez fue sinónimo de automóviles centrados en el conductor, ha perdido esa ventaja y su gama europea necesita mejoras. Esto crea una oportunidad para una marca que puede ofrecer diversión sin gastar mucho dinero.
Un futuro para Vauxhall: el Corsa GSE y más allá
El nuevo director general Steve Catlin comprende el desafío. Hay planes en marcha para reconstruir la identidad de Vauxhall, con un potencial Corsa GSE como pieza clave. La fórmula es simple: estilo atrevido, desempeño decente, precio competitivo y un incentivo que no es sólo un descuento en alimentos. El objetivo es aprovechar un mercado que anhela alegría y una chispa de diversión en un mundo que de otro modo sería austero.
“Existe prácticamente una brecha en el mercado. Hemos pasado los últimos 25 años pensando que deberías comprar un Ford porque está construido por personas que se preocupan por conducir, pero no hay evidencia convincente de que eso siga siendo así”.
Vauxhall tiene la oportunidad de llenar ese vacío. Si la marca puede generar entusiasmo, podría convencer a los compradores de elegir un Vauxhall no porque deban hacerlo, sino porque quieren hacerlo.
